Es de todos conocido que mi tío Tolito tiene por las mujeres un amor desmedido; su madre, que aunque muchos dudan que haya tenido sí la tuvo, le decía que como al rey Salomón lo perdería el amor desmedido a las mujeres. Que decir cuando no dejaba alguna ni para comadre, desde luego que la mayoría no le hacían caso, pero en ocasiones lograba pegar su chicle a lo que contribuía que el tío no tenía plato aborrecido, las bonitas por bonitas y las feas por extrañitas, tampoco tenía limitaciones de edad ni de volumen y si le hubieran hecho caso podría haber llegado a ser un don Juan o un Casanova de fama.
Su madre, mujer de antes, preocupada porque su hijo no viviese esclavo de la concupiscencia de la carne rezaba por él y se encontraba con que el tío sostenía con terrible necedad la heterodoxa teoría de que el que peca y reza empata y vivía como don Juan Tenorio en espera del último rayo de misericordia. A más de que el tío decía que sólo eran amores platónicos, o sea que según su madre se las quería echar al plato.
Una tarde cualquiera el tío dedicaba la tarde para ajuarearse, pues según eso esa noche saldría de caza, cuando terminó se fue a despedir de su madre la que le dio una bendición muy doble y muy reforzada y cuando hubo concluido le recomendó: Que te vaya bien y no ofendas a Dios ni al prójimo. Esa noche Tolito no salió lo que evidenció cuales eran las intenciones del galán.
Pero en ocasiones eran las siniestras moiras las que con sus oscuros designios parecían burlarse de los destinos amorosos del tío, tal fue el caso de una cita que tenía él para ir a un concurso de danzón que se celebraría en un conocido antro de la ciudad, ustedes deben recordar que Tolito afirmaba a quien lo oyera, quisiera oírlo o no, que había sido campeón de dicho baile en el salón México donde decía haber derrotado al Muerto y al Calcetín, míticos campeones en dicha especialidad y agregaba que lo bailaba en un ladrillo y le sobraba terraplén. Pues luciendo sus mejores galas que lo hacían lucir como gánster de película de Juan Orol, zapato blanco incluido y terminaba el ajuar con un sombrero tipo Panamá que compró en Disneylandia. La maldad de las Parcas se reveló cuando concurrió por la chica a la casa de descanso donde habitaba y no la dejaron salir, lo que arruinó el programa ya que sólo y disfrazado se pueden hacer muchas cosas, menos bailar danzón.
Hace tiempo que no lo veo pero me han contado que ha sido visto con una novia de buen ver, aunque yo sospecho que la que no tiene buena vista es ella, pero espero que el tío le cuente sus opiniones serias que es lo más divertido que tiene y no decida contarle chistes que han sido la causa de la terminación de sus relaciones amorosas.