lunes, 20 de septiembre de 2010

SABIOS ANÓNIMOS 1 DE 3

Considero de justicia que se haga un homenaje a tanto sabio anónimo que pulula silencioso haciendo el bien sin mirar a quién. Todos conocemos a más de alguno de esos héroes; y hablo de epónimos ciudadanos, no directores de programas cursis ni de concursos televisivos, nuestros prohombres son reales, contantes y sonantes tal y como dijera un conocido periodista, no fueron extraídos de un acto de magia sino de la escuela del dolor.

De entre éstos tenemos que recordar a mi tío Carpóforo, quien injustamente fue eliminado de los aspirantes al premio Nóbel de medicina, que evidentemente merecía por sus extraordinarios estudios acerca de la cruda y sus efectos colaterales en situaciones extremas. Tal conocimiento le permitió escribir su majestuosa obra Crudorum opera magna, en la que describía detalladamente dieciocho mil doscientos cincuenta tipos singulares de crudas, con explicación de sintomatología, refexiología y tiempo de permanencia; de entre las más memorables se destaca la bautizada por los expertos como “Sesión de Congreso”, que consiste fundamentalmente en que la noche anterior desde media tarde habrá que estar ingiriendo bebidas espirituosas, preferentemente Orendain ollitas, en un lapso no menor a diez horas y después de pasar el antidoping, aguantar –drogas free- una sesión ordinaria del Congreso, dicha experiencia es tan grave que hay quien afirma que López Obrador era normal antes de pasar por ella, y es que es terrible, de ahí el mérito de mi pariente al someterse personalmente a la prueba.

Recuerde usted que el Blanco me muero se inventó para que las feas también puedan coger.

Las crónicas de la maledicencia narran que se reunieron en el restaurante bar “Las hamacas del Mayor“, en Boca de Pascuales, cuatro señores de la jai, quienes iniciaron la sesión con una de a litro; eran atendidos por una morena retinta entrada en carnes, a la que se referían como “la gordita”. Cuando los comensales llevaban bebida la mitad de la botella, la morena llevó un ceviche y uno de los comensales comentó “guapa la morena”, después de que hubieron maromeado dos botellas se liaron a golpes por el favor de la morena.

La verdad es que los científicos nos tienen cada vez más confundidos porque, a diferencia de mi tío Carpóforo, han perdido el horizonte: imagínese usted que mi tío Patricio fue con el médico para ver porqué sus hijos no crecían o no crecían lo suficiente según él, hago la aclaración que mi tío patricio mide 1.50 y su esposa por el pelo, el galeno los escuchó con profundo interés y pidió le llevaran a los críos –que también estaban de tamaño miñón-, los padres esperaban, a lo que el doctor viendo a los niños les preguntó que si habían sabido de algún caso en que un par de ponys hubieran engendrado un percherón. El tío se retiró en silencio, ya que le chocaba que le comentaran acerca de su estatura y mucho menos se le hicieran comentarios sangrones como aquello de que “el mejor chaparro mató a su madre“ o el de “no hay chaparro que se logre” y decía que las comparaciones son odiosas.

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