Hay ocasiones en la vida de los hombres en que estos se encuestran en una encrucijada el la que sus actos dependerá si se da la trascendencia o el olvido. Esta semana vimos por el taravisor la entrega de los premios de la academia, en la que los cineastas, sobre todo gringos son premiados, aunque tambien andaba ahí Almodovar tremulo de emoción esperando su premio.
Ante la emoción ninguno recordó que se habían robado y las habían dejado en un basurero, eso sí, basurero gringo que muchos consideran son más limpios que los nuestros, pero de cualquier manera los galardones valen por sí mismos y muchos los quieren recibir aquí, no creo que estuvieran tan fregadas como las medallas panamericanas, que a la mejor se contaminaron por el excremento de las antiguas Villas Cacaamericanas, pero no crea usted que quiero hacer un Hollywood vernáculo con los futuros candidatos en una pasarela que pudiéramos catalogarlos para darles un premio, aunque el premio que ellos quieren es una curul que es más jugosa.
Para eso no quiero platicar de la ceguera gubernamental acerca del horario de verano, en fin la traición a la voluntad popular es el deporte más practicado en nuestro país, cada año prometen estudiar el caso y desde luego no lo hacen con lo que muestran su falta de carácter y lo poco que aprecian a la gente. Lo que yo no entiendo es lo del ahorro que dicen que produce el cambio, aunque es difícil puedo creerles, pero lo estrictamente razonable es que si ahorráramos se reflejaría en el recibo de luz y eso no pasa y al no suceder pues no sirve de nada, su hace nada más para joder a la población. A final de cuentas van a hacer lo que les pegue la gana, lo malo del caso es que el gallo de mi vecino no sabe de leyes y va a levantarse a las 4.30 en lugar de las 5.30 de la madrugada, con lo que habrá una muy segura conexión entre el cambio de horario y la madre del gobierno, que pensándolo bien debemos hacer caso a Juan Rulfo quien escribió que de la madre del gobierno no se sabe nada
Pero en fin, el sentido común es el manos común de los sentidos y debemos los mexicanos porque no se les vaya a ocurrir a nuestros amados gobernantes hacer WC portátiles, con el drama de llegar explotando a casa y que nos encontráramos con que alguien movió el artilugio, me imagino el grito de ¿Quién movió el escusado?.
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