martes, 30 de noviembre de 2010

DE MÚSICOS Y OTRAS DESGRACIAS.

No sé si usted guarda el mismo odio que yo a los guitarristas. Si usted llega a una reunión donde todavía queden conversadores de tronío, nunca faltará alguien que declare que accidentalmente trajo su guitarra, lo cual significa que usted tendrá que guardar su agradable conversación para otra ocasión y tendrá que escuchar al concertino en tanto que maúlla alguna canción de la trova cubana o de otro país y usted en silencio escucha, pero con mirada digna de homicidio. Y es que resulta terrible de escuchar “Tu amor me dejó turulato mientras se enfriaba mi café” la que es una rola de moda, cuando menos para quienes gustan de ese tipo de música.

Mi vecino el guitarrista sigue tratando de ejecutar una canción de Pink Floyd, que en su guitarra suena como el himno espiritual de los gatos capones, una verdadera venganza ambiental contra el silencio. Había una gata embarazada en el vecindario, la cual salió huyendo ante el avernal sonido. Tal vez lo que haga falta es alguien que, en nombre de la libertad, decida liberarnos de tan horrendos ruidos; imagínese usted, mi solitario lector, que alguien en aras de su tranquilidad emocional asesine al guitarrista de marras, la única consecuencia lógica que tendrá ese crimen será la tranquilidad de los vecinos. Yo sé que el entorno social no es apto para el silencio, pero sería mucho más agradable si el silencio fuese la consecuencia de que el profesional del instrumento muriera.

Todavía peor que los tocadores de guitarra, podemos encontrarnos con un sujeto que toque la armónica, pues el guitarrista cejará ante el primer balazo, en tanto que el flautista tocará aún después de que usted haya metido tres balazos en su humanidad. Yo creo que estos sujetos son la peor especie del mundo de los vegetales.

Me pregunto por qué los sujetos con aptitudes artísticas no se lanzan a sustituir estas aptitudes con actividades más silenciosas, porque sus ruidos causan daños y ni siquiera se tiene un registro de daños causados por los músicos amateurs, y hay quien pide que se considere como delito esta actividad. Conozco una amante de la guitarra, cuyo amante salió huyendo de su presencia en virtud de que la chica le tocaba la “Tocata y fuga” varias veces al día.

Yo por eso prefiero a los músicos que tocan piano de cola y lo cargan, son mucho más civilizados y si logran tocar algo, lo cual es igualmente desagradable que la guitarra, tiene uno la excusa de que el cuate trajo cargando su instrumento.

Pero en esta generación nadie se conforma con ser un sujeto común y corriente, el otro día en una librería me encontré a un orgulloso padre de familia que buscaba un libro acerca de cómo educar a un hijo genio que tenía, o que creía tener, ya que el único acto genial que había manifestado el niño de marras a los diez años era limpiarse los mocos con un pañuelo, hecho que a su progenitor le parecía genial; y yo me pregunto qué es lo que esperaba el padre: que el niño anduviese con los mocos de fuera o que se los hubiera limpiado con la camisa. Y es que los padres tenemos la creencia de que nuestros hijos son super dotados, nada más falso, los niños son común y corrientes, y es tan sólo el amor desmedido que les tenemos, lo que nos hace creer en su genialidad.

Tengo una hija que en su primera infancia se sintió poseída por el espíritu de Camille Claudel, lo cual trajo como resultado que todas las mesas de la casa estén embarradas de plastilina, de tal manera que si usted quiere tomar cacahuates, le van a saber a yeso o a algo parecido. Posteriormente la criatura reprobó palotes de kinder y lectura en silencio, lo cual fue interpretado por nosotros como que la maestra era una imbécil que no entendía que nuestro pimpollo entendiera a Aristófanes en griego. Años después nuestra “genio” descubrió que tenía vena musical, con lo cual nos tuvo escuchando Leonard Cohen, que es un tipo que canta como si estuviera eructando.

Al suscrito, como cualquier individuo normal, le causa gran placer que los brasileños sean tan buenos para jugar futbol, pero lo que no entiendo es la obligación de que porque los de la verde-amarela ganaron, la población tenga que estallar en música de samba y en la alegría brasileña. El suscrito es mexicano y amarguete, odia los efluvios de la gente alegre que quiere estar de ambiente a todas horas, y la verdad hubiera preferido que ganara Senegal en Corea para ver si en vez de la “alegría de la samba” estaríamos aguantando los tamborazos africanos.

Y a propósito de músicos, esta mañana tuve el gusto de pasar por el Templo mayor en la ciudad de México, donde hay un conjunto de “aztecas”, que estaban festejando la entrada del solsticio de verano, aunque a mí me parece que los tamborazos que pegaban podían haber anunciado el cambio de estación o la llegada de Argamedón; por temor a que me robaran el reloj, acepté que un colega espantara mis malas vibras con una especie de incensario, debo decir que después de las malas vibras que traía quedé igual, simplemente oliendo como si hubiera estado en una cantina en que se celebrara un congreso de fumadores de Delicados.

Para quien no haya asistido nunca al Zócalo de la ciudad capital, realmente resulta una aventura apasionante: encontrará usted, aparte de los indios, la gente de las más variadas etnias políticas, y después de observarlas pensará usted que López Obrador es un tipo normal. Me encontré una asociación contra el sionismo, quienes se molestaron conmigo porque les dije que Hitler pensaba lo mismo que ellos, lo cual fue suficiente para que insultasen mi humanidad inmisericordemente. Además, en la “plaza de todos” se reúnen todo género de protestantes; unos porque hace frío, otros porque hace calor, otros porque hace frío y calor, pero lo curioso es que diario son los mismos protestantes. El gobierno de la Ciudad de México se me hace muy inteligente, ya ha creado un conglomerado de protestantes profesionales, entrenados en gritar consignas, con ello se consigue combatir el desempleo.

jueves, 25 de noviembre de 2010

LA LEY DEL TRINQUE.

Tienen toda la razón las personas que afirman que no nada más en las entidades públicas hay corrupción, en las privadas no cantan mal las rancheras y hemos recogido algunos testimonios de ello.

Un amigo, propietario de un departamento en Manzanillo tuvo la mala idea de contratar un sistema de televisión llamado de cuyo nombre no quiero acordarme, que en su publicidad ofrece como slogan “el mundo es tuyo”, cuestión falsa pues no nada más no dan el mundo sino ni siquiera la programación prometida. Como él no vive ahí es natural que le corten el servicio, lo que hasta ahora había solucionado llamando a un teléfono donde le cargaban su adeudo y santas pascuas; pues este año no fue así, llegado el día 26 de diciembre, antes de desempacar llamó al teléfono indicado, que es el 01-800-849-8440, especial para el interior de la república (con seguridad que ellos están en el exterior), sin ningún resultado. Mi amigo es un poco obsesivo y después de múltiples llamadas decidió contarlas: el día 26 llamó 45 veces de forma infructuosa; el 27 comenzó a llamar desde las ocho de la mañana, haciéndolo cada cinco minutos, o sea, doce veces por hora sin que contestaran el teléfono. Desesperado, a las doce llamó al 3320878, correspondiente a las oficinas que dicha empresa tiene en el puerto, donde sencillamente le dijeron que ellos estaban nada más para instalar equipos – que digo yo que es donde el cerdo (léase cliente) deja la manteca. Al fin un buen samaritano le indicó que el nuevo teléfono era el 01-800-284-0000, lo que dio nuevos bríos a nuestro amigo que, fiel a su reciente costumbre siguió llamando cada cinco minutos, pero la cosa cambió poco, le contestó una grabadora que zalameramente lo invitó a pulsar el número 1 si se es suscriptor y 2 si no lo era, le manifestó que su saldo era cero pesos y que vencía el 24 de diciembre de 2001, que pulsara el 1 para saldo, el 2 para movimientos de cuenta, el 3 para estado de cuenta, el 4 para pago con tarjeta de crédito, el 6 para detalle y el 8 para ayuda, pulsó este último y esperó pacientemente 30 minutos tras lo que se cortó la comunicación.

Volvió a intentarlo varias veces sin resultado, usted, mi solitario lector, sabe lo que para un telemaníaco significan tres días sin tele. Todo el día 28 anduvo mi amigo con la mirada perdida, balbuceando incoherencias – lo que nadie tomó en cuenta por ser día de los inocentes-, después trato de hablar de nuevo y una empleada Magali sencillamente lo mandó a lucas; en vano intentó hablar a la Procuraduría del Consumidor o a Comunicaciones, le pedían tantos requisitos que era preferible renunciar a ver tele, dígame si no es un verdadero caso de ineficacia de empresas privadas, a las que denuncio por este medio, ya que estos casos no se darían si las autoridades cumplieran su obligación, en vez de ser alcahuetas de esas empresas dañinas para el país. Mi amigo regresó a Guadalajara el 29 donde funciona su tele, ya que afirma que fuera de la tele no hay vida.

Una situación similar se da con las tarjetas de crédito, la única manera de que le hagan caso es deberles y no pagarles, pero si usted cumple en sus pagos no intente hablar por teléfono, al 1-800 de su tarjeta le contestarán: “gracias por llamar a su tarjeta X, si desea hablar en español marque 1, si desea hacerlo en Inglés marque 2, si su elección es francés marque 3, si desea llamar en italiano marque 4, si desea hablar zimbawe marque 5, y si habla chuntaro marque 6”. En todos los casos marque antes su número de tarjeta seguido de su número de acceso (si usted no se sabe el número de acceso pues se friega); aunque hay otra opción hipotética que consiste en marcar el 0 para que le conteste uno de los representantes de su banco, una vez elegido el 0 una voz mecánica le contestará: “de momento nuestros representantes están ocupados” y a continuación sigue una musiquita como de consultorio de dentista y la misma voz aparece en cada intermedio diciendo lo mismo. Como sugerencia a los banqueros deberían poner en los intermedios música clásica, con lo que los mexicanos mejoraríamos nuestro acervo cultural y por qué no, como se tardan tanto sería una forma de crear generaciones de melómanos en nuestra patria (para los banqueros: melómano es quien gusta de la música).

Otras empresas dignas de tomarse en cuenta para nuestros efectos son Telmex y Iusacell. Si usted tiene la desgracia de tener que usar un celular sabrá el drama que significa: llamadas que se cortan y algún cargo injusto, como esos cargos de llamadas inexistentes no son muy caros, digamos 4 o 5 pesos, nadie reclamará y si alguien reclama pues le quitan el cargo injusto, aunque para eso el quejoso ya habrá gastado otro tanto en la reclamación, desde luego en llamar a la misma empresa y si multiplicamos el número de cargos no reclamados por el número de teléfonos celulares notará dónde está el negocio; y no trate de ir personalmente, una víctima de la publicidad que fue a contratar el “amigo telcel” tardó cuatro horas en hacerlo y además de las garantías de solvencia económica necesarias, tuvo que contestar un cuestionario, probablemente aprobado por la Procuraduría del Consumidor - que más o menos aprueba todo-, pero estoy seguro no resistiría el análisis de la Comisión de Derechos Humanos, pues según fuentes habitualmente mal informadas y bastante chismosas, el cuestionario de marras fue obtenido de las ruinas del palacio negro de la SS nazi.

Y qué decir de las gasolineras que venden litros fraccionados o hidrolizados gracias a su cercanía a mantos freáticos o simplemente a llaves de agua cuidadosamente colocadas; todo según el punto de vista: si es del propietario lo verá como tanque medio lleno de gasolina y los usuarios lo verán como un tanque medio lleno, pero de agua.

Lo anterior significa que la única ley invariable en México es la ley del trinque.

martes, 23 de noviembre de 2010

DE GORDOS Y OTRAS DISCRIMINACIONES

Pues fíjese qué bruto, que no me había enterado lo infeliz que yo soy hasta que en un periódico vi un artículo que dice que hay que desterrar la imagen del gordito feliz que cuenta chistes. “Es una persona que sufre” dice la nota, y yo de animal que durante toda mi vida había pensado que era feliz; bueno soy de una familia en la que creía ser feliz mientras no estaba enterado de que es una familia que sufre: recuerdo que el Tío Tolito era famoso por su alegría, incluso se llegó a decir que qué bonito era ser pendejo, ya que él siempre se veía tan contento!..., pues estaba equivocado, su risa debió haber sido llanto, lo que él creía que era felicidad pues era tristeza.

En realidad no es cómodo ser gordo, pero yo no creo que sea motivo de felicidad o infelicidad, eso sí, en esta sociedad anoréxica y bulímica en la que vivimos el estar gordo es el máximo defecto que puede existir, seguido muy de cerca de fumar; por ejemplo en Estados Unidos si alguien saca un puro como los que yo me fumo, lo ven con tal horror que sería preferible traer una ametralladora o un chuchillo tirando sangre.

Mi primer recuerdo de los Estados Unidos era un camión que tenía una reja, tras de la cual iban los negros, y adelante los blancos. Me impresionó tanto que nunca pregunté en dónde íbamos los mexicanos. El racismo contra los negros ha disminuido en la misma medida que ha aumentado la segregación contra los fumadores; ahora usted puede ver a los fumadores en los estacionamientos y en la calle, fumándose sus cigarros casi con vergüenza y no falta que pase alguien que lo mire a uno con el desprecio que antes se usaba para ver a los negros atrás del camión: son diferentes formas de racismo.

Los gordos ante los ataques tenemos más defensa, porque somos “más muchos”. Ahora, que hay de gordos a gordos. Si usted, mi solitario lector, quiere ver a qué tipo de gordo pertenece, deberá hacerse de una sumadora para multiplicar su altura en metros al cuadrado, una vez que tenga esa medida, divídala entre su peso en kilos: con eso obtendrá el índice de masa corporal que usted tiene.

Si el resultado es menor a 18.5, es usted un esqueleto, dedíquese a comer antes que alguien descubra que su aparente felicidad por ser tan flaco es sufrimiento. Si su índice de masa corporal está entre 18.5 y 24.9 es usted un tipo normal, digo para estos efectos, que en todos los demás podrá estar usted como cabra de loco.

Si tiene entre 25 y 26.9 es usted gordito y puede caminar en la vida con sus michelines, como dicen los gallegos soportando la vida. Casi igual será si usted tiene entre 27 y 29.9, aunque aquí ya amenaza a su vida la gordura.

Después de este punto usted deja de ser gordo y entra a los grados de marranez que le pueden provocar preguntas incómodas. Hace tiempo iba entrando a un conocido club de la localidad y saludé a un amigo que iba con su hijo de cinco años, el cual, espantado ante la gordura, le preguntó a su padre porqué yo estaba tan gordo, y no hallando qué otra cosa contestarle -ya que su papá le dijo: cállate niño grosero- le dije que estaba tan gordo porque me comía a los niños de 6 años; debo decir que el niño no volvió a ir a su club hasta que cumplió 8 años.

Lo cierto es que estas humanidades (hablo de primera división exclusivamente) no se hacen en una gasolinera, son producto de la continua mortificación del cuerpo con todo aquello que es verdaderamente sabroso; puede usted quitarse los horrores de la carne y del colesterol a base de lechuguitas, pero eso no es buena vida. Tal vez usted quede en calidad de calaca, pero generalmente los muy flacos son biliosos: a más de que viven mas preocupados por su flacura que los gordos por su gordura obviamente cualquier gordo amanecerá un día queriendo perder kilos, por lo general empezará por querer hacer ejercicio, en cuyo intento fracasará dado que el sudor es muy cochino y aparte cansa, decidirá desayunar algún cereal que a mi juicio saben a viruta de madera y si a eso le agregamos que no toman leche por engordona pues sabrá a todos los rayos del mundo, por lo cual cualquier gordo decente preferirá suspender el desayuno. Si es que no se le cruza a media mañana una ahogada, una torta de amparito o una de la playita llegará a medio día con ganas de asesinar a quien se cruce por enfrente, para la comida tendrá que atacar sobre una lechuga sin aceite y acompañada de calabacitas cocidas (por otra parte muy sanas en cuanto a la aportación de radicales libres y de lograr el grado perfecto de ingesta de beta caroteno), de inmediato deberá dejar de platicar cualquier cosa simpática que se le ocurra, ya dijimos que lo que usted pensaba que era felicidad es sufrimiento y desde entonces, lo que usted considere que es sufrimiento es felicidad, de tal manera que, cuando usted quiera matar a alguien por no poder comer esa es la felicidad. Igualmente será felicidad cuando uno no pueda ir a un bar con los amigos por que solo puede tomar agua siempre y cuando no sea gaseosa, eso es felicidad, otra señal de felicidad es que platica uno que está en la dieta ideal, que puede comer “muchísimo” la verdad es que de dietas muy poco me pueden platicar, ya que en toda mi vida he bajando 2,850 kilos y todavía me faltan como 100.

Y así hay dietas que puede usted tomar pan, pero no podrá tomar aceite, habrá otras que podrá usted tomar mantequilla, pero salvo que se la embarre usted en la mano no se como se la pueda comer, habrá dietas que pueda comer chorizo; pero sopes con chorizo eso si que no se puede, así pues, después de este sesudo análisis, he concluido que tendré que entregarme en manos de la infelicidad, de tal modo que si usted me ve riéndome pues recuérdeme que debería de estar llorando.

jueves, 18 de noviembre de 2010

DEL ANIMA SOLA Y OTROS SUCESOS

El otro día tuve una prueba mas de que cuando hablamos con los jóvenes es como si nuestra conversación fuera con marcianos y a la mejor si son; como ejemplo puedo contar que hace unas semanas fue un sobrino de visita a nuestra casa y me estaba platicando que se va a hacer tratante de arte, por lo cual inspeccionó todo lo enmarcado o sea todos los cuadros que hay en ella y llegó a una pintura que tengo, de dudoso valor por cierto, pero que representa una ánima sola, en medio de las llamas, lo que es una verdadera antigüedad ya que las ánimas casi ni se usan, tanto que muchos curas dicen que no hay ni llamas ni animas solas ni acompañadas, en fin me gustaba más el ánima a media lumbrada y no como loca viendo al infinito, lo que sería más que una ánima sola un ánima loca. Pues el futuro mercader me preguntó si el ánima estaba hablando por teléfono en medio de las llamas, para que vean la diferencia de educación, en la de él no concebía un ánima simplemente penando, tendría que estar haciendo algo.

Nosotros, sobre todo en nuestra infancia, tuvimos como propias muchísimas historias de ánimas y aparecidos, no creo que sin ese contexto se pudiera leer a Rulfo, que en una escena le pregunta a Juan Preciado ¿has oído gemir a un muerto? Y ante la negativa de éste le contestó – más te vale. Nada más por recordar algunas famosas podemos mencionar al ánima de Sayula que con sus delicados encantos pretendía las nacionales de Apolonio Aguilar, trapero de profesión. Otra ánima que se aparecía por el rumbo de la costa era el alma del gentil que aparecía en forma de perro en las playas y se llevaba al fondo del mar a los guapos bañistas que pasaban por ahí, estoy pensando que a la mejor, las ánimas eran los que se habían salido del closet, dada la coincidencia entre el gentil y la de Sayula.

Al tío pepe cariñosamente apodado el tío pepón, le daba por buscar aparecidos para que lo llevaran a un tesoro, yo creo que estaba muy fregado porque la verdad para que se te ocurra que va a aparecer un alma penante y para pensar te va a dar mucha lana se ocupa estar verdaderamente muy arrancado de fondos; pues le dijeron a mi tío que para buscar entierros (que se llaman así los tesoros escondidos en las casas,), se necesitaba de armarse de veladoras y de sogas para espantar a los otros malos espíritus, algún amigo burlesco sabiendo que tramaba lo siguió hasta donde se encontraría el supuesto tesoro, todo lo que el amigo tuvo que hacer fue esperar hasta la media noche cuando pepón comenzó a colocar las cuerdas en la forma que se le había dicho que se hacía para que apareciera el espíritu que lo sacaría de la pobreza en que se encontraba, colocó las veladoras, las encendió y mirando al poniente se abrió de brazos, antes de oír una voz escondida ( la de su amigo) que dirigiéndose a él le dijo: “pepón quieres dinero, a lo que el tio emocionado con los brazos en cruz contestó si y se volvió a oír la voz “pepón quieres dinero” a lo que el tío volvió a contestar que si, resonando por tercera vez diciendo “pepón quieres dinero” y antes de que contestara el tío. La voz continuó diciendo, “trabaja no seas huevón”, por cierto fue la última vez que el tío buscó tesoros, lo cual no quiere decir de ninguna forma que hubiera querido trabajar. El gran pepón solía decir que hacerse rico trabajando no tiene chiste.

Creo que sobre todo los niños han perdido su credulidad, que entonces creíamos era inocencia, se ha perdido tanto, que ahora la credulidad casi se considera un defecto, es señal de que uno es medio bruto, y a la mejor es cierto pero en aquel tiempo lo considerábamos muy divertido, yo recuerdo cuando niño la emoción que nos dio una vez que andaba un sujeto mostrando, a cambio de diez centavos, el zapato de la mujer que bailó con el diablo. Este era un zapato colorado, parecido a unos que se usan ahora y que tienen una gran plataforma y traía un tacón descomunal, la historia era que esa mujer desobedeciendo a sus padres había asistido a una fiesta en una gran casa donde bailó con un sujeto guapo y elegante, quedó tan encantada que al día siguiente volvió a la casa encontrándola en ruinas, los vecinos extrañados ante las preguntas de la joven le informaron que la casa hacía muchos años que se había quemado, tantos que ni los viejos lo recordaban, la mujer al saber que había bailado con el diablo desapareció, loca según decían algunos, de lo narrado no quedo mas que el zapato y nuestra perplejidad de entonces y todo por diez centavos.

Pero hasta los locos eran diferentes, una vez frente al templo de la Paz, casi en la esquina con La Fayette ( para los de fuera Chapultepec) un cuate colgó del cancel una lona, durante varios días lo observamos con miedo, hasta que nos decidimos a hablar con él, en forma amable nos dijo que era Dios y para probarlo nos enseñó una desvencijada Biblia donde se representaba probablemente el sermón de la montaña y se representaba al Señor de espaldas enseñando al pueblo sentados en un monte. Este soy yo, dijo orgullosamente señalando en el texto la figura de espaldas y he venido por que las gentes no me han obedecido y ahora vengo a castigarlos, para ello nos dijo que tenía colocadas en las torres de catedral dos cohetes con los que lanzaría una red para atrapar al sol y esconderlo, ante nuestro asombro, no explícito sino por la expresión de nuestras caras, nos dio una esperanza, si la humanidad se portaba bien sacaría el sol y si se portaba mal lo volvería a esconder. Debo reconocer que nos retiramos consternados.

jueves, 11 de noviembre de 2010

DE LA FELIZOLOGÍA.

Está visto que el sino de la humanidad es la insatisfacción; en lugar de apreciar las cosas buenas que nos da el diario transcurrir, preferimos quejarnos. Así, una gran parte de la población, junto con el que esto escribe (más bien dicta, ya que no sé escribir en computadora), optamos por ser amarguetes. No hay nada peor que encontrarse a un felizólogo: es motivo de incremento del tamaño del hígado hallarse junto a un pelmazo alegando que la vida es bella, o tal vez ver una película con Robin Williams capaz de reventarle el hígado a cualquiera con sus humoradas, que lo mismo curan el cáncer que las almorranas.

Se ha negado a los muertos su dignidad de muertos y al deudo de un funeral nunca falta alguien que llegue a felicitar al deudo, como si fuera un festejo. Tememos la muerte y mencionarla, a la mejor es cosa de los psicólogos que tal vez crean que esto es mejor así.

En esta época, todo debe ser felicidad, no importa que sea falsa con tal de que parezca. En esta era light, hemos terminado por fabricar pescado sin sabor a pescado; tequila sin sabor a tequila; jamón sin sabor a jamón; y quesos de extraña procedencia, el otro día llegó la dueña de mi vida del mercado, con un queso que por accidente se cayó, tuve que irlo persiguiendo hasta medio patio por donde se fue botando, desde luego alguien me indicó que yo estaba en lo cierto, que ahora inyectan plástico para hacer queso.

Pero el buenondismo y los felizólogos no paran ahí, dondequiera te encuentras a uno, parecen estar debajo de canasto de tacos de chicharrón, para en cuanto le intentes pegar la primera mordida a ese culmen del colesterol, aparece un buenondista a informarte de los peligros de éste y a hablarte de las delicias de la lechuga lavada con agua de garrafón; te empiezan a hablar de las maravillas que tiene el vegetarianismo, lo cierto es que cada vez que observo un vegetariano, creo en la teoría de los muertos vivos... Bueno, tendría que exceptuar a aquel yogi, ¿se acuerdan del maestro de los Beatles? Ese sí tenía unos cachetes maravillosos, y estoy seguro que tras de jugar con las lechugas y aprovechar las ventajas del beta caroteno -contenido en las zanahorias- castigaba el cuerpo con algún churrasco, t-bone o New York. Y es que los vegetarianos no han logrado entender que la carne y la comida poco sana puede trasformar el vicio en virtud, así, cuando me preparaba para mi primera comunión, recuerdo me fue enseñado que la lujuria se combatía con templanza; sin embargo, la vida me ha enseñado que la lujuria se combate con gula. Imagínese Usted, mi querido lector, después de haberse comido usted solo un chateaubriand rociado con un sabrosísímo Rivera del Duero, si le van a dar ganas de efectuar cualquier aventura sexual, lo único que querrá es caer en una profunda siesta que le producirá otra inversión de valores, ya que combatirá la gula con la pereza, en fin, perdone usted esta digresión.

Pero es que este mundo ya no se entiende. Por ejemplo, nunca falta una joven y guapa vendedora que se dirija a usted sonriente, y cuando usted cree que el ligue que se le ha negado en los diez últimos años está a punto de lograrse, la aguerrida jovencita le propone a uno una tumba o un servicio funeral. Y por si fuera poco, habría que ver los panteones, parecen campos de golf; a un tío mío, muy querido, mi tío Tolito, lo enterraron en un panteón de esos, mi angustia ha sido tal que he pensado en ir a sacarlo, porque el día del juicio universal, va a salir a buscarse y al no encontrar su nombre en su tumba, puede que quede vagando y hasta puede que llegue a Sayula, cosas del corazón que la razón no comprende.

Otro acto característico de los buenondísticos es el descubrimiento de los pants. En cualquier domingo, vaya a donde vaya, se encontrará a una gran multitud de personas ajaezadas con dicho atuendo; deportistas no son porque lo evidencian sus lonjas y su paso atamalado, pero tal vez se trate de una pijama bastante cómoda, aunque muy mugrosa, y a la gente que la usa le parecerá que en aras del sport luce como Jane Fonda en su clase de gimnasia. El ajuar se complementa con la crema que las señoras no se quitaron la noche anterior, lo que hace que los ojos se les vean como si fueran hindúes; y los galanes despeinados y sin rasurar.

Nunca se será un buen buenondista si no gusta de las reuniones improvisadas con gente que se acaba de conocer, y así sea lo más aburrido, haya gritos de entusiasmo y se emita el comentario de "que padre nos la estamos pasando".

Una fuente inagotable de buenondismo, son los colegios. Ignoro con qué propósito los colegios hacen que los padres de familia se pierdan la función nocturna del chavo del ocho, y en su lugar vayan a una junta en la que se informará que los rebuznos de sus pimpollos están siendo cada vez más monofónicos; no dudo que estas juntas sean promovidas por fuereños, que no conociendo a nadie, quieran hacer amigos, pero a los amarguetes tapatíos, que nuestras familias sufren, moran y se pelean aquí, no nos interesa, y después de oír las noticias de los escolapios, no falta algún buenondista que proponga que los jóvenes requieran más deporte, con lo que la tradicional comida tapatía que iniciaba con un tequila con botana, y terminaba con una maravillosa siesta, se convierta en un producto en extinción. Ahora bien, si todos los pimpollos, se convierten en campeones olímpicos, pues algún sentido tendrá, porque de otra manera, ni aprenderán a usar su mente, ni mucho menos su cuerpo.

Por tanto, sea éste un llamado para que cuando los buenondistas decidan embestir con una tanda de consejos a los amargados, viendo la cara de vinagrilla, se abstengan, y que ellos sigan con su felizología y nos dejen con nuestra amargura.

lunes, 8 de noviembre de 2010

DIA DE LA MUJER (O SEA DIARIO)

El viernes fue un día nefasto para las causas de la libertad. Ignoraba es que este viernes se celebraba el día de la mujer, por lo que mi adorado tormento amaneció vestida de blanco para ir a una marcha, y, amenazándome con nuevas golpizas, me indicó que tenía que tocar este tema, declarando que el estado perfecto del hombre es el matriarcado, o sea, aceptar los mandos del viejerío, ¿no cree usted que mejoraría mucho el gobierno? Yo creo que sí. Ahora que, pensándolo bien, a la mejor los maridos no mencionados se encuentran en la misma obediencia que el suscrito, en cuyo caso habrá que culparlas a ellas de los desatinos que hacen sus maridos.

La marcha femenina iba dirigida por varias señoras, que no por varoniles perdían su atractivo. La tía Meme, esposa de mi tío Tolito, encabezaba la marcha, un piquete de antimotines tuvo que ceder ante su solo empuje personal, a la vista de lo que se les venía encima abrieron el grupo, dejando desfilar a las manifestantes. Fueron al Congreso, donde algunas diputadas pertenecientes al bello sexo, les dijeron que iban a legislar en todo lo que ellas querían; aquello me hizo recordar el programa “Reina por un día”, en que todo se concedía a la soberana, pero solo ese día.

Por más cartas que he escrito a los defensores de los derechos humanos, creo que mi defensa ante el agobio de las mujeres (mi esposa e hijas, ya que de las otras estoy fuera de pelea, lo que no hago por virtud sino falta de oportunidades, y más bien de cartera) no mejoran. Aunque de cierto ellos, como yo deben estar sujetos a las órdenes del sexo débil. Quienes conozcan mi torera figura, sabrán de sobra que no soy gordo, que estoy inflamado a golpes.

Y para que esto no se convierta en una disposición testamentaria, debo de hacer varias declaraciones, muy del gusto femenino.

En primer término, debo manifestar mi convencimiento más profundo acerca de que las mujeres son mucho más inteligentes que los hombres, incluso una mujer mensa, que alguna habrá, es más inteligente que un hombre brillante; ya lo dijo alguien, que no sé quién es, que detrás de un gran hombre hay una gran mujer.

En segundo lugar, debo reconocer que las mujeres son mucho más trabajadoras que los hombres.

También me gustaría reconocer que, por lo general, las mujeres caminan más bonito que los hombres; y del mismo modo saben más de fut-ball, de política, de economía (A ver si ponen a los hombres a hacer el gasto con lo que dejamos los maridos), en fin, tengo que reconocerlo, y espero que esto satisfaga el gusto de mi actual esposa ( que por lo demás es la única que he tenido) y me permita continuar diciendo babiecadas y opinando como si fuera político.

En caso de que usted no vea en el futuro estos comentarios, ruego a mi solitario lector, mande decir misas y rogativas por el descanso de mi alma o vaya y busque en el benemérito Hospital Civil mis huesos en recuperación.

viernes, 5 de noviembre de 2010

WHAT DIFFERENCE DOES IT MAKE? por José Saucedo.

Eres el embajador de Lusitania. ¿O de Bratislava? ¿O del Alto Egipto? ¡Qué más da! What difference does it make? Eres uno de los distinguidos comensales de la gran gala que ofrecen sus majestades. Vistes botas de charol y chaquetín escarlata pletórico de medallas y condecoraciones. Bailas con la princesa y degustas los manjares que ofrecen una y otra vez criados de nigérrima librea. Bebes champaña transparente en copas de cristal de Bohemia. Y gozas, más que todo, del calorcillo narcotizante que te regala la gran chimenea que entibia el salón.

Afuera, donde tu no estás, reinan el frío y la oscuridad. El espejo cruel del río deja escapar ese vapor helado que cala hasta el alma. Algunos indigentes juntan sus cuerpos ateridos en busca, inútil, de calor. Se cubren con harapientos gabanes, con frazadas pestilentes desechadas una y otra vez. Esperan, con desesperada esperanza, una limosna de pan y una limosna de sol. Estiran, sin deseo ni propósito alguno, su miserable existencia en el inframundo de las ratas, de los hedores, de la promiscuidad, del alcohol, de la lucidez ida, del frío permanente y del olvido.

Te aferras al abrigo andrajoso, herencia de algún compañero ido, que apesta a vómito y a marginación. Bebes de la botella que atesora las últimas gotas del paupérrimo brebaje que toleran mendigos y pordioseros. Esperas, con ansia, las migajas que te avientan a las puertas de la patisserie en una mezcla de piedad y de apuro por que te alejes del aparador que ostenta las creaciones del día: tartas de boda con novios enamorados, merengues rebosantes de crema dulce, turrones espesos y prometedores, pasteles de fiesta infantil decorados con hadas, príncipes y embajadores de botas charoladas. Recoges, al fin, el amasijo formado por los recortes sobrantes de todo aquello y lo apuras con avidez en vano afán de calmar tu hambre y tu miseria. En el último trago se va la esperanza de encontrar un poco de paz, de calor, de alucinante ilusión. Champaña dorada o vino agrio. Qué más da.

Así vives un día y otro más. Y así, un día, no vives más. Antes de la aurora viene siempre lo peor. El frío es más frío. Tus huesos, mal soldados, duelen más. Tus brebajes narcotizantes no sedan ya.

Ves, al fin, esa luz totalizadora que reclama tu presencia. La luz más intensa, más blanca y más hermosa que hayas visto jamás. Tu padre, muerto hace tanto tiempo, se presenta para acompañarte en el trance. Tu vida desfila en un instante ante tus ojos exánimes. Infancia feliz, juventud primera de ilusiones y ambiciones. Amores niños, amores jóvenes.

Tu amor de verano. Ves de nuevo a Sarah, la gringuilla que te metió de lleno en los secretos del amor consumado; que te juró fidelidad inquebrantable, que te prometió esperar hasta siempre y repitió una y otra vez what difference does it make. Tu eres gringa y yo mexicano. What difference does it make? Tu vives en California y yo en México. What difference does it make? No tengo dinero. No he terminado mi carrera. No tenemos donde vivir. What difference does it make?

Desfila también tu juventud y madurez. Estudios brillantes y alcohol. Cargos envidiables y alcohol. Matrimonio inmejorable y alcohol. Familia modelo y alcohol. Éxitos, fiestas fortuna … y alcohol.

Frentazos y alcohol. Fracasos laborales, matrimonio roto, familia destrozada. Dificultades financieras, enredos, quiebra. Y alcohol.

Quieres huir, dejar todo atrás. Viajas para escapar. Bebes y bebes más. En el vino encuentras refugio y paz. Una paz falsa y traicionera, pero al fin paz. Llega el día en que no sabes más de ti. Te sabes en un país lejano y ajeno. Te embelezas ante la vitrina de la patisserie. ¡Qué felices son! El rey, la reina, príncipes, marqueses, almirantes, capitanes. Embajadores con botas de charol y chaquetín escarlata pletórico de medallas y condecoraciones. Tocas la vitrina con ansia. Es ahí donde debes estar. Ese es tu mundo, tu lugar. Perteneces a la nobleza, a la alegría, al regocijo. Al calor.

Te echan a patadas. No comprendes por qué no te dejan estar entre los tuyos. Eres uno de ellos. Eres ellos. Gritan palabras ininteligibles. Te aljas colérico sin saber hacia donde vas, por donde vas. Escuchas, tan sólo, el frenazo y el crujir de tus huesos rotos. Antes que llegue el auxilio un par de andrajosos te arrastran hacia sus cloacas. Envidian, por sobre todas tus pertenencias el lujoso abrigo de pelo de camello que conservas de tiempos idos y que te defiende del peor enemigo de la indigencia: el frío. Te despojan de él. Se apoderan de lo que sirve y destruyen lo que compromete e identifica. Te esconden y con esa fraternidad insita en los parias, hacen que mal solden tus huesos y te alimentan con desperdicios y alcohol.

Vuelven así y mejor que nunca, tus días de gloria. Entre humos y alucinaciones te conviertes en mariscal de campo, en embajador. Bailas con princesas y comes manjares. Bebes champaña, o alcohol de botica o vino agrio. Qué más da. Te cubres del frío con pieles y armiños. O con andrajos que arrebatas al cadáver de algún camarada que perdió la batalla final. What difference does it make?

En una última mirada ves tu cuerpo inerte. Las ratas rondan tus despojos atraídas por la pestilencia de los andrajos que se disputan los sobrevivientes y que desaparecen despavoridos ante la cercanía de los gendarmes. Encore un clochard qui est mort de froid, escuchas. Arriba, la luz blanquísima te llama a la paz eterna. Tu padre te espera rodeado de seres de luz. Hacia allá te diriges con paso firme y andar resuelto tal y como corresponde al embajador de Lusitania, ¿o de Bratislava? ¿o al miserable andrajoso que sucumbió ante el frío y el alcohol?

Y allá, junto a tu padre, aquella ilusión frustrada que te juró esperar hasta siempre, ufana de su convicción inmortal te responde certera: what difference does it make?

miércoles, 3 de noviembre de 2010

REGRESOS DE VACACIONES

En este Domingo de Gloria terminará para muchos la vacación más tumultuaria del año, quienes viajen este día llegarán hechos pedazos, carreteras llenas, bolsillos vacíos, vendrán como cabeza recién despiojada: doloridos pero contentos.

Ciertamente las costumbres de Semana Santa han variado y aunque muchas personas siguen conmemorándola como fenómeno religioso, otros deciden en cambio, tomar vacaciones en diversos sitios, siendo las mas populares las que se toman en la playa, hay quienes prefieren las montañas, u otros sitios como son ciudades coloniales o ruinas, pero los principales sitios vacacionales son a las playas y a pesar de que somos un país playero de a madres todas se llenan, claro que hay niveles, si usted se va a una playa solitaria, pensando que cuando mucho se va a encontrar a Robinsón Crusoe, pues se equivoca, según expertos del departamento de turismo playero lo mas sola que se puede encontrar en una playa ultrasolitaria son doce familias, en realidad de doce a cien, y si no me lo cree cuente cuantas familias había en su vacación, la cosa va complicándose, ya que se considera una playa solitaria a la que asisten en este periodo al mismo tiempo entre cien y quinientas familias, una playa estándar será aquella en la que convivan entre quinientas y mil familias, cuarenta tríos, doce bandas de música, tres marimbas, dos mariaches, sesenta y veintidós paleteros, a mas de doscientos vendedores de cerveza en carpa, si además consigue usted algo de arena y de mar, pues usted estará en una playa de las comunes ya que las muy visitadas son absolutamente indescriptibles.

Tolito dijo estar bien en sus relaciones con el Señor ya que el tío opina que el que peca y reza empata, lo cual no es apoyado por ningún teólogo serio o no, pero el argumento fue suficiente para que la tia Meme, mujer de antes, obedeciera y se preparara para la expedición, esta sumisión que parece tan extraña a muchas féminas actuales.

Conociendo a Tolito, mi solitario lector ya deberá haber imaginado que el único elemento con que contaba para el viaje era su entusiasmo, pues de lana nadita, pero sin embargo los recursos no económicos le sobraban al tío por lo que se dio a la tarea de convencer a un vecino propietario de una troca para tener transporte y habitación durante la vacación, lo que no le fue difícil ya que el propietario del vehículo tenía una carga que entregar en la resolana y de ahí al mar tan solo hay un pequeño tramo y así partirían rumbo a la Barra de Navidad.

Al día siguiente subieron una estufa con su respectivo tanque de gas y nueve colchones, dos anafres y las provisiones que en cada casa había, las que eran mas bien escasas pero según Tolito suficientes ya que en el mar fácilmente conseguirían pescado fresco que ellos mismos pescarían, la excursión la completaban las hijas de Tolito, la mamá y esposa del dueño de la troca y una tía y dos sobrinos que llegaron de Yuriría y que se agregaron a la expedición.

Muy temprano partió la odisea que si hubiera sido filmada bien podía haber sido llamada proa al infierno, en la cabina se instalaron el dueño del vehículo y mi tío Tolito, quien afirma que su cuerpo no fue creado para el dolor sino para el confort: en la caja iba la carga, los colchones, la estufa, las provisiones y el resto del personal, a la tía Meme, dado el tamaño de fundillo que porta, le pusieron un equipal grande que le quedó justo. Olvidaron explicar al personal que el amigo de la troca viajaría por la ruta de Autlán -que rivaliza con Bagdad en ser el paraíso original ya que ambos dicen estar entre el Tigris y el Eufrates – tierra de hermosos paisajes que pueden verse desde las doce mil curvas que hay de aquí hasta allá; con el curverio no le quiero decir como quedaron Tolito y el que iba manejando, se bajaron mareadísimos y no le cuento como les fue a las que iban en la caja, solo les diré que terminaron capeadas en basca.

Al parecer la señora de Yuriria y sus hijos se lanzaron de la troca durante el trayecto ya que a Autlán no llegaron, ojala no les haya pasado nada.

Lo cierto es que tuvieron que contratar el servicio de lavado de una fabrica de limpieza de mangos donde les permitieron una manguera de presión con la que pudieron lavar la mercancía que llevaban, medio limpiar aquel desastre de vehículo, adecentar un poco a las mujeres que ahí viajaban, a la tía Meme hubo necesidad de quitarle el asiento que se le pego al lomo, se la separaron con algo de dolor ya que la carnosidad de la tía hizo vacío en el equipal y debemos decir que estaba furiosa, con el siseñor al rojo vivo. Los colchones los lavaron a presión y la verdad que quedaron muy limpios, pero si tenemos que reconocer que quedaron oliendo a ostionería.

Entregada la mercancía, muy a fuerzas por que olía a rayos, siguieron el viaje, como la tía no se podía sentar la amarraron de panza al techo de la troca, con sus rotundidades al aire, la verdad se veía muy chistosa, desde luego que la troca se paraba cada veinte minutos a checar si la tía seguía viva, al llegar a la barra hubo un problema por que los paro una patrulla ecológica ya que al ver como llevaban a la tía pensaron se trataba de un atún gigantesco y al darse cuenta de su error ya no hallaban que hacer.

Por fin lograron un estacionamiento como a quinientos metros de la playa, las primas se volcaron a curar a la tía, en tanto que Tolito obsesionado con llegar al mar se batió como comando en Bagdad hasta que por fin logró llegar al océano donde pudo sentir las cálidas y amarillas aguas de la bahía.