viernes, 30 de julio de 2010

VIAJE A ESPAÑA 3 DE 9

Al repartir la cena, mi compañero de asiento muy educadamente dijo a la azafata que él jamás cenaba fuera de su casa, con lo que a la postre se perdió de la cena más jugosa que hicimos durante el viaje.

Un doctor chaparrito, que creo que era alteño, perdió el sentido y durante todo el viaje no hizo más que repetir que le habían robado una noche. Como buen alteño llevaba su calculadora para saber los precios de todo, convirtiéndolos a pesos, aún cuando sabido es que el que convierte no se divierte.

Llegamos a Madrid como a las 4 de la tarde, hora local y nos tardamos mucho en la aduana por los incidentes que ahí sucedieron. Un perro busca-droga o busca-armas se lanzó, inmovilizando a un tipo; resulta que el compañero de viaje es cohetero en México, y por tanto está impregnado de olor a pólvora, el perro al olerla enloqueció. Otro perro olió una maleta en que la propietaria traía 4 kilos de chiles colorados, lo que provocó un shock en el perro y ya se lo querían cobrar a la señora. Al fin el guía nos salvó explicando todo a la policía, la que por si las dudas registró los números de pasaporte.

jueves, 29 de julio de 2010

VIAJE A ESPAÑA 2 DE 9

El día de la partida estábamos como niños con juguete nuevo. Salimos rumbo a la capital en un autobús a las 4 de la mañana, este viaje incluía visita a La Villa para despedirnos de nuestra Madre Santísima y nos dejó en el aeropuerto al filo de las doce del día. Lo que no nos dijeron fue que el avión saldría hasta las 6 de la tarde y que habría que esperar. Fuimos puntuales al abordar el avión, pero nos tuvieron 4 horas sentados en él y luego nos cambiaron de aparato porque ése traía mal la tarjeta inversa que controla los jirules del retospierre. A esta hora ya el personal estaba medio agotado, tomando en cuenta que ya llevábamos 18 horas de viaje. Aún tardó una hora en despegar. Desde luego que viajábamos en estricta clase perrier, en la que uno tiene dos opciones: soplarle la nuca al de adelante o que se la soplen a uno; para mi desgracia, el segundo más gordo del avión (después de mí, naturalmente), me tocó en la fila de adelante; debo aclarar que aunque yo estoy más gordo, soy un gordo modoso, de manera que no abuso al recargarme como si estuviera en un equipal en mi rancho, pero el sujeto de marras era gordo desparramado y aparte de recargar su humanidad en el asiento, totalmente echado para atrás, no dejó de moverse, con lo que me pasé un viaje de infierno. Aunque a otro tipo le fue peor porque le dio el síndrome de clase turista y quedó aparentemente muerto, eso sí, con una sonrisa angelical en los labios, si he de ser sincero, yo creo que pasó a mejor vida.

miércoles, 28 de julio de 2010

VIAJE A ESPAÑA 1 de 9

Pues con la novedad de que se me presentó la oportunidad de ir a conocer la madre patria (hago la aclaración que la madre patria es España y el padre patrio Estados Unidos). La verdad me causaba muchísima ilusión.

Lo primero era escoger un viaje que se adaptara a mis ganas de conocer y a mi presupuesto –de crédito, desde luego. Rechacé, por no convenir a mis intereses, varios prospectos, entre ellos “Tus 15 años en Viena”, en virtud de que ya pasé esa edad y no me interesaba un baile de festejo con cadetes de chambelanes; tampoco me gustó “Europa maravillosa”, porque consistía en recorrer 16 países y 64 ciudades en 10 días. Elegí “España y sus ciudades”, de 10 días de duración, con 30 ciudades a conocer; todo en elegante Pullman, con habitaciones, transporte y desayuno incluidos. El agente de viajes nos reunió a los futuros viajantes, nos proporcionaron muchos folletos y vimos un video que contenía las maravillas de lo que veríamos en la tourné; también nos regalaron un maletín de viaje, con la condición de que el equipaje que lleváramos cupiera en él.

Creo que me equivoqué en la elección del viaje, el cual se debió haber llamado “Europa y sus escusados”, ya que al sitio que llegáramos los 60 participantes, llegábamos corriendo a los baños, que de eso sí vimos de todos los tipos y especies.

viernes, 23 de julio de 2010

MOTIVOS DE SALUD 3

Todo molacho volví con el internista, no sé por qué no había mejorado nada, mientras me regañaba por el sobrepeso a mí me dolía el pedal y el otro platicándome de las ventajas del betacaroteno y de la vida sana, cuando yo pensaba que a mí la verdura que más me gusta es el jamón serrano, esto es la verdura que se comió el puerco ya digerida.

Por la mañana usted puede tomar, me indicó, una rica papaya, pero que no sea mucha; a medio día dos zanahorias cocidas y una calabacita. Antes de que terminara le advertí que lo que me dolía era un pie, lo que le valió gorro y siguió como si nada dictándome la dieta con ese lenguaje críptico que usan muchos médicos, parecido al lenguaje de los judiciales, del que queda uno con dudas absolutas de si la situación en que uno se encuentra es mala, malísima o pésima. A la salida la “enfermera” me vendió un servicio de cremación o entierro prepagado en conocido centro funeral de la ciudad.

Antes de pensar en si obedecía a la dieta o a mis deseos salvajes me puse a considerar la cremación, por que yo siempre he sido partidario de los entierros con gente de negro y fuerte moqueo, situación que conlleva el problema de que me carguen; por otro lado, que me cremen me parece un acto egoísta con los gusanos, que hasta agruras deben tener considerando la cantidad de grasa de la que se van a perder.

Pues decidido a hacer la dieta me sucede igual que al que va al cine y está viendo una película a colores y se la cambian a color sepia. De tener charlas interesantes, durante el suplicio sólo se habla de tallas y kilos, lo cual es bastante enfadoso. Y el cambio de costumbres es terrible, acostumbrado el público al consumo, espera que uno dé siempre el do de pecho; el otro día tenía que pasar por el negocio de mi taquero favorito y para poder aguantar la tentación, como Ulises me até al asiento de mi auto y pasé frente a la taquería y lloramos yo y el taquero.

lunes, 19 de julio de 2010

MOTIVOS DE SALUD 2

Pero no paró ahí el drama, dolorido y dado al cuas, decidí ocurrir a un galeno para que aliviara mis males; yo no sé si a usted le suceda, pero cada vez que voy a ver un médico me pasa lo mismo, bien puedo llegar sin un brazo o sangrando profusamente, con una calma pasmosa me ponen a dieta valiéndoles gorro mis síntomas.
Esta vez el médico, que era un cuate chaparrito y jugador, me indicó que dado mi estado físico me haría un check up, lo que me sonó me iba a salir caro. Me mandó primero a conocido laboratorio donde me sacaron varios litros de sangre – a la mejor para mandarlos a alguna zona de guerra-, a medias de los análisis me desmayé, pero no por los litros extraídos sino por el precio; luego los rayos X, en los que salió todo casi bien, menos uno de los análisis, que no pudo realizarse por que me tenía que meter en un como tubo que como que me quedó chico; después un electrocardiograma estático y una prueba de esfuerzo, desde luego que desde antes yo podía haberle dicho al facultativo que no podía correr la milla en 35 segundos, pero la prueba de esfuerzo me costó veinte mil machacantes, esto es, me costó a diez mil más iva cada segundo que estuve sobre la famosa máquina, ahora que lo de la descompostura de la misma no fue mi culpa, si se venció debieron de preguntarme mi peso antes de subirme, ¿ que acaso no vieron la figurita?.
Desde luego que los análisis salieron como su costo: altísimos en todo menos el espíritu que estaba por los suelos.
Una vez en mi mano todos los resultados de los análisis me presenté nuevamente al consultorio donde me recibió una guapa “enfermera”, bueno, traía uniforme como tal pero yo creo que era una experta en finanzas porque durante la espera en todas las llamadas se refirió a speguas, puts, calls, options, warrants y prime rate, los que ciertamente no deben ser virus.
Después de dejar mi óbolo pasé con el facultativo, éste tomo cuidadosamente los sobres que contenían los exámenes, análisis y radiografías, y sin siquiera mirarlos me dijo: Tiene usted un severo problema de obesidad por lo que tendrá que tomar un régimen bajo en calorías, bajo en grasas y carbohidratos; a lo que pensé que la dieta era también baja en sabor. Me indicó que antes tendría que ir con el dentista para que me revisara, y después volviera con él. Yo creo que el asunto llevaba piquete y como ayuda para mi dieta me tumbó de golpe 4 molares, con lo que lo más duro que podré comer es calabacitas cocidas en puré. No me fue tan mal con las extracciones, digo, comparado con la dieta.
A mi solitario lector le recomiendo que cuando vaya con el médico diga todo lo que se necesite, por que una vez saliendo si vuelve por algo, aunque sea por el saco, tendrá que volver a pagar.

lunes, 5 de julio de 2010

MOTIVOS DE SALUD 1

Caído en las garras de la enfermedad, tuve necesidad de ocurrir ante un medico, a pesar de saber que en una tumba romana se señalaba que el difunto durante su vida había tenido relación con muchos médicos y por eso estaba ahí.
Ya antes había intentado como curas alternativas todo genero de baños, de asiento, termales, de fangoterapia fría y caliente, de chorros de agua, duchas heladas que me recordaron cuando en Autlán tomábamos en la madrugada baños de agua serenada, el asunto es verdaderamente exótico, me llevaron a un hotel Grand Spa & Resort donde me dijeron mi salud mejoraría con el sólo contacto con la naturaleza donde encontraría la simbiosis entre mi mente y espíritu, lo único grand del lugar fueron los precios,- tuve que vender mi vocho para pagar la estancia semanal- pero pensé valía la pena, todo por la salud, el sitio no tenia mas que techo, no tenia mas paredes que las del baño, cuya regadera estaba al aire libre, en la parte superior sobre la cama había un pabellón para los moscos, - por cierto que había unos moscos talibanes que al puro piquete te dejaban como espinilla de quinceañero - al llegar me dieron una especie de pijama blanca, quesque para atraer las buenas vibras, desde luego que la vestimenta no me quedó y tuvieron que improvisar con unas sabanas donde me hicieron una especie de pañal grande, como los que usaba Gandhi nada mas que a lo bestia y me mandaron a dormir – sin cenar desde luego – a las seis de la tarde.
Debo decir que como no había luz eléctrica, tele, ni libros, ni periódicos porque son un impedimento para lograr el nivel alfa, que es el ideal para llegar al karma absoluto, pues no pude dormirme antes de las doce de la noche en que me venció el cansancio, cuando estaba en lo mas profundo del sueño, me despertó un ruido espantoso como a las cinco de la mañana, después supe que eran unas como pipas gigantescas tocadas por unos tipos pelones vestidos de monjes budistas y un empleado llegó a decirme que tenia que salir descalzo para sentir la hierba fresca y a mirar el cielo estrellado, aunque las únicas estrellas que vi, fueron las que provoco un patadón que di a un escalón que me tuvo ladrando durante el festejo, de ahí nos llevaron a meternos a una cascada en la que el agua estaba como tejo de hielo y ya bañados, casi helados a secarnos a brincos, que según ellos era lo mas saludable, además de que resultaba lo mas anti ecológico el detergente que usaban para lavar las toallas y por eso no nos daban toallas.
Por ahí de la nueve de la mañana y renqueando notoriamente pregunté si no había algo de desayunar, a lo que el amable guru que me atendió, me informó que en el programa que me había inscrito se requería de un ayuno de setenta y dos horas que me permitiría deshacerme de los radicales libres que estropeaban mi organismo. No tengo idea de que son los radicales libres o en prisión, pero lo que si sé es que para mediodía, por mi mente no pasaba el karma y los que si pasaban eran unos lonches de Amparito y unos tacos de los Otates, o ya de perdis unas tortas ahogadas de Jimmy”s, fui a la administración y les dije que me rendía, que no me importaba perder el pago, pero me estaba muriendo de hambre, me recordaron que estábamos a medio desierto y que el helicóptero vendría hasta la siguiente semana.
A las ocho de la noche arremetí a golpes contra el maestro de yoga por ignorar mis peticiones, desde ese momento fui catalogado como energúmeno y me llevaron una batea de ensalada que contenía fríjol de soja, brócoli, berro y otras pasturas, sin un toque de civilización como pudiera ser un pedazo de steak y pan con aceite de oliva acompañados de ricos caldos de uva; llevaba media palangana comida cuando una ganas inmensas de mugir provocaron que dejara tan apetitosa comida, con lo que me llevaron a mi habitación en la que se suponía debía de estar desde las seis de la tarde.
Al siguiente amanecer otra vez con los sonidos de las pipas gigantes. Bajé casi a rastras y me indicaron que ya había empezado mi desintoxicación; pasé el baño de cascada, cuando estaba brincando para secarme, me indico el guru que me tocaba un masaje de relajación antes del desayuno ( cuando menos ya había avanzado en esto), vaya – pensé- al fin algo civilizado; entré al salón de masajes pensando que una bella masajista me atendería, en su lugar apareció una vieja chaparra con cara de comandante de policía de pueblo, quien sin la menor delicadeza se dedicó a enterrarme sus huesudos dedos y yo creo que sus rodillas, como yo no sé si sería su inauguración como masajista ni soy experto en masajes, por lo que no puedo opinar, lo cierto es que dure mes y medio con el brazo inmóvil, la rodilla como melón y los dedos del pie inflamados.
He sido víctima además de cuanta medicina se ha inventado además he tomado todos pero todos los jugos y chutamas recomendadas o conocidas, he asistido a sesiones espiritas y a lecturas de cartas.
Me preocupa mucho morirme, bueno, no mucho porque soy muy cuidadoso al cruzar las calles ya que los chóferes del transporte público son la principal causa de muerte en esta ciudad, yo creo que es algún programa ultrasecreto de los gobiernos neoliberales. Este año llevan, no sé qué tantos pasaportes al valle de Josafat por lo que este año ganaran de nuevo el premio del Consejo Nacional de Población por la operación mas exitosa para reducir el número de habitantes en este país y de no exponerse a ellos las posibilidades de fallecer disminuyen notablemente.
Sin embargo a mi salida del SPA debo reconocer que me dolía toda mi humanidad, pero mucho mas me dolía el orgullo, quedé como mi Tío tolito después de su pleito con la tía Meme – en este caso créanme que mi cara esposa no tuvo nada que ver con mi estado físico- con el mental si, porque como podrá imaginarse mi solitario lector, mi medía naranja soltó la risa al verme tan fregado, como en el spa no había agua caliente y no pude rasurarme en 5 días por lo que decidí recurrir a mi peluquero – que debo decir que como peluquero es muy buen chochero- fuera del detalle que que no sabe rasurar, esa fue la mala, la buena es que no saben la cantidad de chambas de santa claus que me ofrecieron. Y créanme que esto que digo lo digo en serio porque no me resulta para nada gracioso terminar con un doloroso esguince doble ancho además de pulmonía cuata.
Y eso que al escribir esto traté de ser discreto y no les conté de otras torturas que me parecieron francamente vergonzosas, ¿se acuerdan de la flaca masajista? pues después del tortuoso masaje con que me torturó, me puso una lavativa de café, según ella para limpiar mi organismo, la muy bruta ignoraba que por ese lado no tengo sentido del gusto. Con lo que me hubiera fascinado un cafecito por la vía adecuada, era tal el dolor que tuve que darme unos baños de asiento, que de por sí son deprimentes, aunque debo reconocer daban algo de alivio físico.

sábado, 3 de julio de 2010

Por qué escribir.

Siempre me he preguntado el por qué alguien se decide a escribir, ahora me pregunto por qué escribir un Blog, cuando lo siento como hablar solo, pero eso es la charla en la modenidad y a eso me acojo y será mi defensa cuando sea acusado de tener la locura de hablar solo.
No sé cuales pueden ser las razones que tengan los demás para hacerlo, en mi caso creo que me falta con quién hablar o que hablando mucho creo tengo muchas más cosas que decir y éste, según me dicen, puede ser un modo de charlar con alguien, de buscar ese auditorio que asiste a blogs.
Creo que en mi caso y en el de la de la mayoría de los seres humanos, cuando menos los que hemos vivido en este planeta la voz que más nos gusta escuchar es la propia, pero todos podemos soportar que para que nos escuchen tengámos que escuchar.
Una vez Juan Rulfo me dijo que un poeta era un sujeto que leía tus cosas siempre que tu leyeras las de él. eso espero que suceda en este blog, al que en cuanto sepa como demonios se suben textos a éste, lo haré, lentamente para no espantar a la clientela.
En el principito había un rey que cada que conocia a alguien pensaba que era un súbdito, por ello no podemos reclamar a quiénes escribimos que veamos en cada sujeto a un posible lector.