martes, 20 de marzo de 2012

UN INFORME CRÍTICO DE LA SITUACIÓN MEXICANA XII


Más de seiscientas reformas constitucionales desde 1917 nos hacen compararla con las veintisiete reformas de los norteamericanos en 220 años y llegar a sospechar que hay muchas cosas que nos diferencian ¿ pero tantas?. No conozco ninguna constitución que cambie tanto y la misma variedad conlleva que se tengan que modificar las leyes que dependen de ella, cambios que siempre quedan mochos y si a eso agregamos que periodistas y sociedad civil presionan a los diputados con nuevas leyes, estos han producido una demencial catarata de iniciativas, esta legislatura tan solo ha presentado tres mil iniciativas, por fortuna nada más han aprobado doscientas, que reunidas a las ya vigentes tenemos que cumplir usted y yo; eso sin contar innumerables leyes estatales y municipales     
Han aprobado derechos como el derecho a la salud, que publicitan como logrado, lo cual es falso porque si así fuera no pagaríamos con el presupuesto altísimas cantidades por seguros médicos privados para diputados y para la casa presidencial, derecho a la vivienda, de igualdad de oportunidades y de no ser discriminado, derecho a un medio ambiente sano y otros muchos que me hacen pensar que no tardaran en reconocer el derecho de ser guapo, que puede ser tan hipotético como esos otros derechos pero de cierto se va a ver hermoso “Todos los mexicanos tienen el derecho de ser guapos”
El efecto de las leyes no modifica las costumbres y se les olvida que debe ser posible de cumplir, me causa temor cada que algún padre conscripto viaja al extranjero y regresa trémulo de emoción proponiendo una nueva ley sin tomar en cuenta si es necesaria o si mejora el entorno social, las leyes deben regir para mejorar  cuando sea necesario las relaciones entre los ciudadanos, no para alcanzar ideales programáticos y partidistas, como ejemplo y ante la presión de grupos que promovían las uniones entre personas del mismo sexo hace años lograron en el DF un avance – que no fue ni siquiera de su gusto- y se dictó una ley de sociedades de convivencia que estuvo vigente varios años y en ese tiempo se registraron aproximadamente trescientas sociedades de este tipo, que estarán de acuerdo conmigo que en un universo de veinte millones de habitantes de la capital no era ni siquiera una ley necesaria, siguieron promoviendo su interés y lograron aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, no he checado el número de estos pero estimo no serán muchos más que las sociedades.
El código de Hamurabi  de alrededor de 1760 A.C. y otros más antiguos como el códice Ut-Nammu decretado por el Rey de Ur cerca de 2050 A.C establecían penas en relación con actos que aún son punibles y los delitos a que se refieren no han dejado de practicarse, lo que evidencia que difícilmente una ley modifica conductas y no es su número o frecuencia  los que lo inhiben, las leyes en mi opinión deben ser pocas y buenas.

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