lunes, 28 de febrero de 2011

CARTA DE TOLITO

Después de un largo periodo de ausencia recibí una carta de mi tío Tolito, lo extraño del asunto es que no me llegó ni por paquetería, que es lo usual, ni por correo que ya parece extraordinario, la entregó muy temprano en la mañana un sujeto con finta de maldito, El sujeto no profirió palabra, entregó el sobre y rápidamente desapareció dejando un fuerte olor a azufre.

Ante todo deseo y te encargo, me decía, el cuidado material, por que el cuidado espiritual lo hago desde acá, de tu tía Meme y de tus pequeñas primas que tanto te quieren. Hace mucho que no las veo pero debo reconocer que yo ignoraba que me quisieran tanto y más que tengo como tres años sin verlas. A la tía la recuerdo siempre vestida de luto, rotunda, culi ancha, con un bigote de comandante de Húsares que demostraba quien llevaba los mandos en casa, tenía una voz de trueno y unas pretensiones del tamaño del mundo que produjeron que las primas – que ya estaban sazoncitas frisando los cuarentas- no hubieran conseguido llegar al anhelado matrimonio, lo que la tía justificaba con el hecho de que había muy pocos príncipes reinantes disponibles y de ahí su furia cuando la prima Cuca escapó con un antillano tocador de tumbas y bailarín de ritmos afrocubanos que a final de cuentas la largó con la cuenta en un hotel de San Juan de Bramadero y que para tapar la vergüenza y aprovechando que nadie lo conocía lo declararon de la nobleza armenia y dijeron que, apasionados los muchachos, se habían casado intempestivamente y durante la luna de miel habían tenido un accidente automovilístico en el que él falleció y de paso justificaron los golpes con que apareció la prima. No hubo violencia de género por que la que le pegó fue la tía que era del mismo. Recordando estos hechos y sabedor de que me iba a salir muy caro el chistecito decidí ignorar la recomendación de Tolito y amarlas a distancia.

Tolito por su parte anda de pelada. De galán de la pantalla esta convertido en un fugitivo y el único lugar donde sin dinero quedaba fuera de la acción de la justicia era la selva (con dinero suficiente en cualquier lugar hubiera quedado fuera, esto con base en los costos de la justicia). En su carta dramatizaba ¡cuál es el crimen que he cometido! Y les será difícil creerlo pero el crimen que cometió se llama obesidad, para que bajara de peso subieron al tío en una bicicleta, lo que está de moda, la bici, muy doble y muy reforzada y lo lanzaron por una bajada – hay gentes que dicen que paso por la unidad revolución como a ciento treinta kilómetros por hora- llevaba el rostro demudado hasta que llegó a un tope que hay al terminar la bajada y del brinco quedó dentro de un gran bache que después quedó como cráter, no describo la economía corporal de Tolito porque quedó como un gigantesco y gordo morete bañado en sangre, de la bicicleta mejor ni les platico, quedó para refacciones, con excepción del volante que le quedó clavado en el siseñor.

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