lunes, 16 de julio de 2012

UN DESTAPE

En lo electoral sigue el periodo de recursos judiciales, que tienen poco de materia para comentar porque, entre otras cosas, son larguísimos para leerlos y ya que los jueces competentes tienen esa obligación verán cómo resolverlos.

De ninguna manera podemos condenar que quienes hayan perdido presenten sus inconformidades, puesto que lo hacen los candidatos perdedores de todos los partidos, que independientemente de que tengan o no razón, tienen derecho a hacerlo; lo pueden hacer todos aquellos que se sientan agraviados, lo cual, en el aspecto humano es perfectamente explicable por todos aquellos que perdieron y que creían que ganarían, porque hay que decirlo, la mayoría de candidatos sabían que no tendrían éxito y que actuaban siguiendo aquello de que lo importante no es triunfar sino andar entre la bola. Pero, en cambio, a los que creían que se verían en la hermosa posibilidad de cumplir su urgencia de servir al prójimo, claro, a cambio de recibir un poco republicano y preferentemente generoso estipendio con cargo al presupuesto público, a ellos, a los perdedores, decirles que no lo lograron debe de ser una noticia terrible de recibir porque es horrible perder, a nadie le gusta. Reconozcamos que todos, al analizarnos nos vemos más bonitos que como nos ven los demás y perder significa que, por la razón que usted quiera, los electores decidieron escoger al otro, es devastador aunque las razones hayan sido circunstanciales y la legislación de la materia al darnos la oportunidad de recurrir, pues hace que podamos pasar el coraje y con suerte y ganamos, lo que si bien se da, sucede en muy pocas ocasiones y lo mejor de todo es que como tardan en resolverlo, cuando se resuelve a casi nadie le importa, excepto al derrotado que quedará postrado porque le habrán impedido servir a sus compatriotas.

Lo que sí es que la vorágine de noticias, acusaciones, chismes, encuestas y la desbordada e irracional andanada de publicidad bajaron de tono y ya nada más se escuchan las voces de quienes protestan porque consideran que fue una sucia elección, lo que no me extraña dado que esa es la real naturaleza de la política.

Ahora que en nuestra charla dominical y en el supuesto de que los tribunales confirmen a los virtuales ganadores deseo, antes de que nadie se me adelante, establecer quienes creo serán los precandidatos a la gran ubre presidencial para 2018, digo, para tener algo de que platicar y que luego no me digan que no los conocen, aunque me temo que los conoceremos hasta el hartazgo.

Por el PAN, la precandidata casi evidente será doña Margarita Zavala (1967) y lo intentarán Manuel Espino (1959) y Manuel Clouthier (1961) ya devueltos al redil. Por el tricolor el más lucido es Luis Videgaray (1968), Eruviel Ávila (1969) y otro gobernador que se apunte. Por las llamadas izquierdas los precandidatos posibles son Marcelo Ebrard (1959), Miguel Ángel Mancera (1966), Andrés Manuel López Obrador (1953) y Cuauhtémoc Cárdenas (1934). Hagan su juego.

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