lunes, 6 de agosto de 2012

DESARROLLO OLIMPICO


Pues los expertos en deportes cubrieron su dosis de conocimiento y ya nuestros representantes, y sobre todo las representantas mexicanas en la olimpiada que se celebra en la ciudad de Londres, han logrado ya las cuatro medallas pronosticadas, y disculpen que no dé los nombres de los ganadores porque temo equivocarme como otros lo han hecho. Sin embargo, vaya para ellos mi más calurosa felicitación —aunque ellos jamás se enteren de ésta—. Estar en estos lugares es muy difícil, aunque por su especialidad a los deportistas que triunfaron en clavados podríamos pensar que su futuro podría pasar por el edificio del congreso donde seguramente podrían obtener la más alta especialización en la materia.

Y no vaya usted a pensar que quien esto escribe, o sea yo, soy un sujeto playón que no es afecto a las disciplinas deportivas. No. por el contrario, siempre he sido un intenso aspirante a todos los deportes, sólo que hay que decirlo sin facultades para practicarlo, desde párvulos ( para los jóvenes kínder) era el típico niño al que escogían al armar el equipo después de elegir a un poste; en esta época creo que sería considerado como agresión o bullying, e incluso como discriminación, lo que produciría que las huestes de derechos humanos se lanzaran a una serie de recomendaciones para que el sujeto protegido fuera elegido, aunque fuera un fiasco, entonces de lo que se trataba era de escoger a los más buenos y los malos pues nos aguantábamos y humildemente aceptábamos nuestra incapacidad en la materia. Y siguiendo las instrucciones que proveía el manual del niño gordo, se consideraba que tendríamos otras habilidades como barra libre, lanzamiento de bachicha, levantamiento de tarro en varias modalidades y aplastamiento de nachas.

Desde luego que no considero para nada que esto fuera discriminatorio, discriminar lleva implícito un desprecio entre iguales, nadie me discrimina porque no puedo correr los cien metros en diez segundos y algunos si pueden, se habla de capacidades diferentes pero también debe tratarse de incapacidades diferentes, así el que corre a esa velocidad en ese tiempo tal vez no pueda tomarse una botella de tequila sin meter las manos. Las mujeres pueden ser madres, es su naturaleza; los hombres no, por mucha lucha que hagan, y no podemos quejarnos de que nos nieguen el derecho de ser madres. Si fuera discriminación, lo sería que hubiera en las olimpiadas muchos deportes en versión masculina y femenina.

Lo anterior no produjo para nada ningún desánimo y nos convertimos en apasionados observadores de deportes, lo cual es menos sucio porque se evita la transpiración, si bien eso no abarca todos los deportes y no tenga uno la capacidad de valorar las machincuepas que unas niñas hacen en la gimnasia y otros deportes que no se transmiten salvo en las olimpiadas, y por eso quizá incluyan como deporte olímpico el fútbol, para que no se suiciden los aficionados que no entienden cómo se califican los otros deportes, ya que a éste si le entienden.

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