martes, 14 de diciembre de 2010

EL GORRÓN DE LA SEMANA

Pues heme aquí en el lecho del dolor, ahora puedo entender lo que el periódico del otro día decía acerca de la infelicidad de los gordos. Esta semana le entré duro a ingesta y bebestibles, y eso me produjo que el viernes en la noche estuviera al borde del fallecimiento por una congestión cuata; ni qué decir de los agrurones, que siento que el peripleo se me sale por las orejas, y es que la semana estuvo de lo más atendida en cuanto al fenómeno social, y siguiendo aquello de que más vale morir de lleno que de vacío, pues dimos cuenta de muchísimas viandas con lo que califico ampliamente para el titulo del gorrón de la semana.

El lunes iniciamos la semana con una comida del club de admiradores de Gloria Trevi en Zapotlán, donde englutimos un aporreadillo de maravilla, habíamos iniciado con una cecina y terminamos con unos frijoles huérfanos. Después de eso se colectaron firmas para solicitar la libertad de nuestra heroína; por cierto, la solicitud decía que Andrade se quedara allá.

Martes: acto de presencia con las Coraje, donde usted ya sabe como se desayuna, aunque lamentamos que hayan cambiado aquel maravilloso comal que tenían. Al medio día fui invitado a una percha de una guapa señora que ni conocía ni se porqué me dejó entrar, y como los gorrones somos sufridos, le entré con especial dedicación al aguachile, al ceviche, los camarones, el callo, los langostinos y para rematar un imponente robalo a la talla, todo esto aderezado con buenos caldos.

El miércoles fue santo o cumpleaños de una querida amiga que decidió festejarse en el valle de las piedrotas. Hubo un borrego que se consumió desde la moronga, y desde tacos de panela hasta borrachitos, de los que había muchos pero los que nos comíamos eran los de dulce. Fue toda la familia, por ejemplo, mi tío el Quinino, que como ya dejó de beber atacó duro el pasto que estaba recién llovido; sin embargo, aunque ya no beba desde hace muchísimos años, todos recordamos aquellas borracheras pírricas de las que fue actor, me pongo de pie ante tan importante sujeto. Desde luego, como dijeran los cronistas de sociales, ahí estaba la tía Laura. Bueno, en general había todo genero de representantes del cuerpo social: estaba el Iron man dando autógrafos y otro: cuate quesque era campeón mundial de escopeta, igual estaba Pepito Schereiver, de quien ya les he platicado, es un cuate alemán que quería poner un hotel para descubrir a los neurasténicos, en lo que era un programa que podríamos llamar “Descubra su neurastenia”; también estaba un tipo vestido de Tirolés cantando oleri leri li. Para las 6 de la tarde ya varios estaban en posición de loto, con la mirada fija en el horizonte; no sé a qué hora se acabó, yo me vine como a las 2 de la mañana y todavía seguían todos ahí, y de la bebida qué decir, se consumieron cantidades industriales.

El jueves hicimos homenaje a unos chamorros monumentales acompañados de ricos caldos de la Rivera del Duero, ahora si no terminó muy tarde sino a las 8 de la noche.

Y el viernes pa no dejar fuimos a una birria a San Miguel de Cuyutlán, es obvio decir que a las 7 de la tarde el recargo estomacal era terrible. Después de hacer homenaje a todos los digestivos (Alka-seltzer, oglotón, ranisén, melox, sal de uvas) y demás hierbas, acompañados de un tecito de tila y uno de yerbabuena, sentí que muy pronto me presentaría ante el creador, mas en cuanto me preparaba a hacer un acto de contrición, comencé a oír un ruido demoníaco, ruidos sin ningún sentido razonable. Pues resulta que tengo un vecino que cambió un gallo que tenía por una guitarra eléctrica, el sujeto de marras, que es una combinación de Jimmy Hendrix y Pancho el tequilas, hacía tal ruido que pensé que me acercaba a las puertas del infierno; durante las 6 horas que duró el concierto de sonidos incoherentes, me lancé a buscar entre mis discos viejos los de Yoko Ono band, que según mi nana servían para espantar a los hechiceros y que constan de unos sonidos semejantes a los que efectúa mi vecino, ya sin gallo pero con guitarra eléctrica. Como el sujeto no cedía pensé comprar o de pedir a mi führer un disco de marchas escocesas de gaita profunda o un disco que tengo de música de la iglesia ortodoxa rusa, que según recuerdo parecía que se había quedado prendida una bomba de agua mientras cantaban, o ya de perdida pensé en conseguir una gata en celo, para terminar con el “concierto” de este Mozart en ciernes.

Cuando me venció el sueño creo que me vengué en parte dados los estentóreos ronquidos. Pero no pude mantener el sueño, pues cada diez minutos tenía que estar haciendo honores a la porcelana, realmente parecía que estaba haciendo pipi por el popo; ahora que, ya buscando el aspecto filosófico del acto, me di cuenta de lo importante que son los escusados fijos: imagínese usted, mi solitario lector, que llegue usted a su casa y le movieron el w.c., si bien con los teléfonos da mucho coraje, con esto sería imperdonable, imagínese usted el grito de ¡quien agarro el escusado!.

Ahora que les ha dado a los políticos por hacer días a las enfermedades, me pregunto cuándo será el día de la diarrea, por ejemplo, la pasada semana se celebró el día de no fumar en el cual me cae que vi a más fumadores que nunca. En un acto que creo que es una vacilada, las compañías cigarreras van a poner en las cajas de cigarrillos un texto acerca del daño que hace, yo creo que nadie que fume ignora que fumar hace daño pero lo que sucede es que a los fumadores nos vale gorro, al cabo que para morir nacimos. Otro día muy divertido fue el día del glaucoma, yo no sé si los que tengan glaucoma lo tuvieron que festejar porque me parece un verdadero acto de masoquismo que aparte de sufrir la enfermedad tenga uno que festejar... cosas de la modernidad.

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