lunes, 20 de diciembre de 2010

NAVIDADES

La Navidad pasó bastante lejos de como sucedió en Belén, nuestra Navidad se redujo a una gran operación mercantil en la que todos terminamos participando, como vendedores o compradores; la verdad es que lo que debía importar es la atención de un amigo o pariente, eso sería lo adecuado ya que eso nos convierte en el objeto de la relación, si no es así, el objeto de la relación lo será el regalo, pero en tanto no lo corrijamos esto seguirá así.

Lo cierto es que yo soy un poco como grinch, el duende que odia la navidad, pero no es nada más por amargado, no, tengo mis razones. En primer lugar porque Santa Claus es un felizólogo, todo el tiempo se la pasa con esa pinche risita y luego, discúlpeme usted, pero él es gordo y usted sabe cómo a los anoréxicos los gordos nos caen pesadísimos y el tipo no nada más es panzón sino que hace gala de ello, además la navidad le recuerda a uno su situación económica, en lugar de villancicos yo nada más escuchaba rechinar la tarjeta y cuando al fin un tipo habló, yo pensé que para felicitarme, pero no, era para decirme que estaba sobregirado y que tenía que pagarlo de inmediato y no va usted a creerme lo que me regalaron, cuatro paquetes de productos dietéticos, como si yo los necesitara.

El tío tolito, con todo y su flacura se contrató como Santa Claus en una tienda de comida naturista “La zanahoria fornicante”, la mera verdad es que daba lástima el pobre pero la necesidad tiene cara de hereje y fue la mejor chamba que pudo obtener, aunque mintió poquito cuando dijo que sí le gustaban los niños, lo que no dijo es que le gustan al horno, es proverbial el dicho de Tolito que dice que los niños propios o disecados. Obviamente a la cena llegó muerto, si alguien le hubiera pedido que contara algo gracioso le rompe la crisma, claro que no es muy agradable estar 18 horas caminando en un disfraz fabricado para ser usado en los polos y no en los trópicos y que además le quedaba grande, traía las patas como sopes, adicionando el hecho de que debía soportar una cruda del quinto grado en la escala de Mercali y aguantar a una trouppé de infantes gritones; cuando venía en un autobús repleto a la casa, un chiquillo o chiquilla le pidió que tocara gingunbells con su campana, Tolito cumplió el deseo poniéndole un campanazo a medio cerebelo que hizo que el infante diera con su humanidad a la celebración de la navidad en la Benemérita Cruz Roja, donde permanecerá hasta el año nuevo. Tolito fue llevado ante el Juez en turno donde fue condenado a pagar una fuerte multa y a no contar chistes –es malísimo contándolos- por un mes, rescatado por el Tío Carpóforo podrán imaginarse el humor con el que llego a la cena.

El humor se aderezó porque una sobrina llegó a la cena de un genio de perros porque en su chamba nadie le regaló el último disco de Arjona, y es lo malo de los regalos impersonales, que a nadie le gusta lo que otro le regala, ya llegará el día en que cada quien se regale a sí mismo y terminaremos mandándonos nuestras propias tarjetas de navidad. Y es que aquello que nos enseñaron en el colegio de que la alegría está en dar ha evolucionado mucho, si usted se fija en la calle los limosneros están cansados de pedir infructuosamente en tanto que los automovilistas están cansados de no dar, claro que siempre habrá alguien que diga que pedir limosna es buen negocio, mas yo creo que si lo fuera ya los ricos estuvieran pidiéndola.

Los que deben estar felices por varias razones son los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país con el aumentazo que decretó la vergonzosa comisión de los salarios mínimos, casi uno cincuenta de aumento diario, por tanto, por este medio hago una excitativa a dichos trabajadores y trabajadoras a no dilapidar dicho aumento, la riqueza repentina puede llevarlos a la locura; aunque por otro lado nuestros padres conscriptos – los señores diputados y señoras diputadas, qué buenos y buenas son– han quitado el impuesto suntuario (de lujo) con lo que los referidos trabajadores y trabajadoras podrán adquirir con su aumento caviar y champagne. Esto debemos recordarlo cuando los diputados pretendan reelegirse; de la comisión de marras mejor no digo lo que creo de ellos porque me corren, pero lo único que diré es que deseo para sus mamacitas que vivan con esa cantidad durante todo el año. Lo único que falta es que algún imbécil de la iniciativa privada –que es la más privada de iniciativa de la que se tenga memoria- salga con justificaciones económicas, este hecho es una canallada y no cabe ante él justificación alguna.

Escribo esto en el día de los inocentes, que según Goyo González Cabral debía ser declarado fiesta nacional y tiene razón y yo diría que debía prolongarse el festejo todo el año, ya que es incuestionable que será de humor y alegría pues es año de elecciones. Imagine usted lo que dirán los candidatos y candidatas, y no crea usted que son nada más los guapos señores y guapas señoras cuyas fotos comienzan a alegrar los postes y postas de el y la ciudad, a los y las bellos rostros seguirán los y las bellas discursos y descubriremos cuántos bellos y bellas ciudadanos y ciudadanas del orbe prometerán, prometerán, prometerán y algunos alcanzarán un merecido hueso que les dará satisfacciones por trabajar para los demás, no importa que ganen poco, son tan generosos y generosas que no les importa ganar sino servir. Tolito que en todo se anda metiendo sin que lo llamen, ha decidido hacer una investigación de algunos candidatos, no de todos porque son muchos, así que gocen si pueden el fin de año y esperemos que el próximo sea sin candidaturas ni elecciones y si no se puede, que haya pocas.

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