lunes, 20 de junio de 2011

AL FIN LAS VACACIONES 1 DE 2

Para fortuna de este globero país existen las vacaciones. Que el gobierno quiere subir los impuestos, llegaron las vacaciones. Que en el oriente medio están medio partiéndose la madre, llegaron las vacaciones. Que el rebuznido en la cámara de diputados ha elevado su tono, llegaron las vacaciones. Que van a terminar de construir o destruir el periférico y los arcos del milenio, llegaron las vacaciones. Que la policía va a ser un espejo de limpieza, lo que sólo se hace notar para que comience sonriendo las vacaciones. Lo único que se necesita es buen humor, o lo que es lo mismo que de tanto chingadazo que nos ha dado el gobierno no nos importe la jodidez.

Como el que esto escribe se encuentra abrazado de las quijadas de la miseria o lo que es lo mismo empatado con el cero no puedo salir de vacaciones porque tuve que pagar los impuestos, pero en solidaridad con los que si salen me fui al entronque de la antigua carretera a Morelia y el periférico, para estar en la sombrita. Los autos circulaban, como debe de ser: llenos. Los niños parecían salirse de las ventanillas en tanto que del techo colgaban dos enormes racimos de cocos ( lo sorprendente era que yo hubiera pensado que los cocos los traían de Colima, pero este día se me hizo evidente que los llevan de aquí o a la mejor los traen para que los lleven después como parte de la vacación.

Mi punto de observación fue el lugar donde se paran los camiones, que desde luego no debían estacionarse; junto a mi esperaba el autobús un sujeto armado de careta, snorkel y aletas, con un traje de baño que su portador describía como tanga color arena – que por cierto se veía bastante raído- si no lo hubiera oído hablar hubiera pensado que era marciano, pero simplemente era un empleado de hacienda – ya ve usted que no se les entiende nada- que quería ir al mar; le pregunté si era buzo o algo para el estilo, a lo que me contó, con un dejo de modestia que no conocía el mar y por supuesto nunca se había metido a bañar en él, pero que el quería estar vestido adecuadamente para el efecto.

Junto a él estaba una señora con tres niños a los que trataba de dar de comer unos tacos de fideo, por los berridos que pegaban los infantes consideré que esa excursión seguramente terminaría con algún asesinado, el sujeto de la careta lo veía con mucha filosofía; en la espera del camión llegó una manada de adolecentes procedentes del colegio Héroes de Chicago de la risueña población de Manzanillo Colima que volvían de haber jugado o apoyado un partido de vóley Ball contra la preparatoria local amigos de Lady Di. Nunca he estado en una jaula de leones de circo pobre, sin embargo no creo que seis bestias de esas, en esas condiciones huelan tanto como el equipo de marras, era un olor a humanidad doliente sublimada que yo creo si el camión se voltea es porque el chofer fue narcotizado por los sagrados olores.

Frente al paradero de los camiones una familia en troca discutía con un Federal de Caminos pretendiendo convencerlo de que el vehículo cumplía todos los requisitos de seguridad para viajar en carretera, cualquiera que hubiera visto la parte de atrás de la troca hubiera creído que transportaba cerveza, porque una barrera de cajas de cerveza dividía la calle de donde iba el pasaje; mientras tanto una hija reclamaba al abuelo que aún no salían y ya se había maromeado dos de blanco me muero y a ese paso antes de llegar a la caseta le iba a dar congestión alcohólica. Los niños bajo el toldo sonaban como avispas bravas a punto de lanzarse a picar; la abuela comenzaba a encender el anafre para preparar la comida. Por fin unas consideraciones convencieron al federal de la seguridad del transporte y arrancó la troca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario