lunes, 6 de septiembre de 2010

VIGOREXIA 1 DE 3

Debo decirles que soy víctima de una extraña enfermedad, de esas nuevas que a mas de ser poco conocida me dicen que es progresiva y como todas las enfermedades comenzando por el nacimiento es seguramente mortal – por aquello de que todavía no nace todavía alguien que no vaya a morir, aunque se alimente de lechugas – la epizootia de marras se llama vigorexia y puede atacar a cualquier sujeto sin importar su edad, credo, raza, condición social, ni su preferencia deportiva, vamos, el único requisito que usted necesita para contraerla es que usted esté vivo o cuando menos que no tenga la certidumbre de haber muerto.

Los síntomas comienzan poco a poco y en sus primeros pródromos despierta usted con un cosquilleo sobre todo en las plantas de los pies cerca de las cuatro y media de la mañana, como en esos niveles todavía usted tiene control de sus ideas pues muy probablemente ni siquiera usted lo note pero es ese el momento exacto de ir ante un médico, psiquiatra de preferencia, para estar a la moda, que lo cuide, si usted nota que son las seis de la mañana y sin tener que llegar al trabajo usted está levantado con unas ganas terribles de correr, habrá usted pasado a la segunda etapa.

Desde luego los ataques de tan nefanda enfermedad los he resistido con una fuerza insospechada, por darle un ejemplo me amarro a la cama, como Ulises al mástil, para resistir el irrefrenable deseo de salir corriendo; como será la cosa que mi amigo el Iron man, que definitivamente está atacado por este mal me contó que la semana pasada unos ingleses decidieron hacer siete maratones en siete días, uno diario en diferente continente (desde luego mi amigo el Iron man sabrá mucho de carreras pero poco de geografía ya que hasta donde Don Tomás nos enseñaba, los continentes son América, Oceanía, África, Europa y Asia que las nuevas geografías llaman Eurasia, pero es que los que ya están picados del virus ya no distinguen otra cosa, imaginese lo lurias que hay que estar para hacer lo que hicieron los ingleses, pero es sencillo si uno entiende la evolución del mal.

Tengo una amiga vigorexica que yo creo estará encantada de asistir a jornadas como esa, otro amigo, que cometió el terrible delito de portación de cara (la tiene notablemente indígena) intentó empezar a correr a lo guey con poco éxito hasta que algún burlesco le indicó que iban persiguiendo un venado con lo cual mejoró notablemente su carrera.

Hace muchos años digamos 20 por decir algo en conocido club de la localidad se inició el gusto por correr y un grupo de socios se juntaban amigablemente a correr por los espacios para ello ubicados formando una co-fraternidad de correlones que mantenían ese nivel de enfermedad en forma muy social y que poco alteraba sus vidas, de tal manera que si alguno ingería algunos alcoholes de más un día no pasaba nada, al día siguiente se echaba su corridita y tan contentos, para muchos ahí paro la enfermedad y no paso nada, pero no a todos les sucedió lo mismo.

A alguien se le ocurrió que había que poner algún tiempo o meta, por lo que empezó a correr distancias fijas de 5 o 10 kilómetros y a medir sus tiempos, lo que irremediablemente los llevó a descubrir el medio maratón, en secreto los maratonistas despreciaban lo que consideraban las estériles carreras de los correlones, vamos cuando menos los veían como corredores de segunda y hubo grandes avances entre los maratonistas, pero de ahí todavía surgió un nivel más, a alguien, probablemente del equipo decidió participar en las justas conocidas como triatlón que consisten en dominar tres disciplinas como la natación, la bicicleta y el maratón, con lo cual aunque ellos lo negarán despreciaban, un poco cuando menos, a los maratonistas. Debo decir que en ninguno de los casos estamos hablando de super deportistas, vamos yo no recuerdo que ninguno haya ganado un lugar preponderante pero hasta donde yo lo percibo eran buenos en lo que hacían y más de alguno logró buenos tiempos en su quehacer, pero tras de tan noble actividad se daba un avance del virus de la vigorexia y a alguien se le ocurrió hacer el triatlón pero a lo bestia y se lanzó a hacer Iron man, la carrera de éste iniciador del asunto terminó en la defensa trasera de una troca embarrado en ella, pero no fue el ultimo, el virus había avanzado y ya ahora se podía conseguir una tribu de Ironmanes iniciándose el contagio femenino con las Ironmanes, pero esto a su vez tampoco es suficiente y muy pronto veremos desarrollarse en nuestro entorno algún deporte más agobiante y durable.

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