viernes, 30 de julio de 2010

VIAJE A ESPAÑA 3 DE 9

Al repartir la cena, mi compañero de asiento muy educadamente dijo a la azafata que él jamás cenaba fuera de su casa, con lo que a la postre se perdió de la cena más jugosa que hicimos durante el viaje.

Un doctor chaparrito, que creo que era alteño, perdió el sentido y durante todo el viaje no hizo más que repetir que le habían robado una noche. Como buen alteño llevaba su calculadora para saber los precios de todo, convirtiéndolos a pesos, aún cuando sabido es que el que convierte no se divierte.

Llegamos a Madrid como a las 4 de la tarde, hora local y nos tardamos mucho en la aduana por los incidentes que ahí sucedieron. Un perro busca-droga o busca-armas se lanzó, inmovilizando a un tipo; resulta que el compañero de viaje es cohetero en México, y por tanto está impregnado de olor a pólvora, el perro al olerla enloqueció. Otro perro olió una maleta en que la propietaria traía 4 kilos de chiles colorados, lo que provocó un shock en el perro y ya se lo querían cobrar a la señora. Al fin el guía nos salvó explicando todo a la policía, la que por si las dudas registró los números de pasaporte.

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