jueves, 5 de agosto de 2010

VIAJE A ESPAÑA 7 DE 9

Despertamos el sexto día bajo una estatua de un arcángel junto al río, donde muchos aprovechamos para asearnos. Con la cruda general aquello parecía hospital de campaña, el señor que no cenaba más que en su casa pedía un médico que lo abriera en canal o un cura para que lo santoleara. Después supimos que estábamos en Córdoba y muy cerca de la Mezquita, por lo que el sufrido dirigente del viaje comenzó a narrarnos que tan maravillosa obra había sido construida por un sultán, cuyo nombre la verdad no me acuerdo, perteneciente a una ilustre dinastía, de la que tampoco me acuerdo, pero el hecho es que nos dijo que las mezquitas estaban orientadas a la meca para que pudieran orar los musulmanes, y que por ese lado era la entrada de luz para que se transparentaran las ropas de las esposas del sultán para gozo de los orantes, eso fue más de lo que pudo resistir la suegra del cohetero, quien dijo que faltaría más que viniera tan lejos para adorar a falsos dioses, que ella aborrecía las sectas y que capaz que se encontraba a Bin Laden adentro, algunas otras suegras la apoyaron. El clímax del asunto fue cuando nuestro guía le indicó que no tenía de qué preocuparse, que dentro de la mezquita había una iglesia católica, lo que le pareció mucho peor, y decretó que los curas que habían puesto un templo en una iglesia pagana estaban condenados a los fuegos del infierno, en la parte más caliente; pues se amachó y con sus seguidoras no entró.

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