viernes, 6 de agosto de 2010

VIAJE A ESPAÑA 8 DE 9

Lo anterior me recordó que mis tías Soledad y Austreberta, hermanas de mi tío Tolito, cuando fueron a Roma y vieron el Juicio final en la Capilla Sixtina perdieron la fe al ver tantos encuerados y si el papado no había ordenado clausurar esa inmundicia, decían, era por que el demonio había penetrado la Iglesia.

Después nos llevaron a las ruinas de una ciudad árabe y el cohetero se preguntaba si habíamos ido a España ¿por qué nos enseñaban cosas árabes en lugar de españolas?

De ahí partimos rumbo a Sevilla y quedamos todos azorados de la belleza de la ciudad. Como siempre, surgieron problemas, ya que los mexicanos no resistimos ver un altar dorado en España sin pensar que era nuestro oro, olvidándosenos, entre otras cosas, que también Perú cooperó. En acción punitiva, para la recuperación del oro de la Giralda, un par de colegas que venían con nosotros, armados de un estandarte de la guadalupana, que no se de donde sacaron, se lanzaron al asalto de la Torre del oro, pensando que ahí se guardaba éste; el delito no se consumó porque no pudieron ni entrar, y nadie se dio cuenta del intento de asalto.

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